Dios es amor, pero no es Amor encerrado en sí mismo, desinteresado del ser humano, sino Dios amor, abierto, vaciándose, entregándose, Dios en salida, Dios de la búsqueda y del encuentro festivo.
Dios nos ha amado y buscado, ha salido a nuestro encuentro cuando nosotros aún estábamos lejos, y al encontrarnos nos ha abrazado. Ha salido a nuestro encuentro en su Hijo Jesús, Buena Noticia de Salvación, nuestra Perla preciosa, por quién vamos siendo mujeres y hombres nuevos, porque ha impactado nuestra vida ¿Cómo ha sido Jesús Buena Noticia para mí? ¿Qué se ha transformado? ¿Qué es distinto en mi vida? Tanto amor recibido de parte de Dios, no se puede quedar sin compartir, como dirían los apóstoles “no podemos callar lo que hemos visto y oído” (Hch 4, 20). Salgamos como Iglesia amada y enviada al encuentro del los más necesitados.
Evangelizar es tarea de todos, es compartir con nuestro testimonio y palabras, que Jesucristo ha irrumpido en nuestra vida personal y comunitaria, y todo ha cambiado, o está cambiando, especialmente nuestras relaciones. Sabiéndonos comunidad de amor, enviada por Jesús, reavivemos el fuego de evangelizar especialmente a los más alejados de nuestra comunidad, o los que no le conocen, allí donde a Dios le urge “hacerse presente” para dar vida.
Dispongamos a colaborar en la misión de Jesús diciéndole: “Aquí estoy Señor, envíame a mí”.
H. Claudia Vargas Sotelo
CMN